La alianza alcanzada con Cortizo permitirá a Lantania equipar sus viviendas con ventanas elaboradas a partir del tocho de aluminio Infinity, una materia prima generada en las plantas de fundición de la firma gallega reciclando ventanas, puertas, fachadas y barandillas que han terminado su vida útil. La fabricación de Infinity, auditada por el organismo independiente Bureau Veritas, arroja menos de 0,5 kilos de CO2 por cada kilo de aluminio producido. Este dato, calculado según las normas ISO 14025 y EN15804, lo sitúa con una de las huellas de carbono más bajas del mercado.
Con este acuerdo, Lantania y Cortizo están en disposición de ofertar a los futuros propietarios hogares construidos bajo los principios de la arquitectura sostenible, en los que no solo se tiene en cuenta su confortabilidad, sino que también ponen el foco en los materiales utilizados en su construcción, apostando por aquellos que pueden ser recuperados y reutilizados. En este sentido, cobra vital importancia la apuesta por el aluminio, un metal que puede ser reciclado infinitas veces sin merma alguna de sus propiedades.
Lantania y Cortizo impulsan con esta alianza su compromiso con la construcción sostenible y la promoción de una arquitectura respetuosa con el entorno y el planeta. Para el director de Compras de Lantania, Ignacio Chacón, esta alianza “posiciona a ambas compañías en un lugar destacado entre las empresas que tienen entre sus principales objetivos estratégicos el desarrollo e implantación de los últimos avances en sostenibilidad, economía circular y reducción de la huella de carbono”.
Por su parte, el director general de Arquitectura de Cortizo, Daniel Lainz, se muestra “convencido” de que la implantación de todos los agentes del sector de la edificación propiciará “la creación de nuevos hogares que sitúan la eficiencia energética y la economía circular en el centro de sus diseños”.