Las problemáticas estructurales eran cada vez más notorias y requerían una intervención urgente y especializada para asegurar su integridad y prolongar su vida útil. La torre se encontraba particularmente vulnerable a las inclemencias meteorológicas típicas del clima asturiano, caracterizado por lluvias frecuentes y variaciones térmicas significativas.
El reto que se planteaba era doble: por un lado, era necesario realizar una reparación estructural segura y eficaz que garantizara la durabilidad del edificio y, por otro lado, esta reparación debía llevarse a cabo bajo estrictas condiciones de seguridad para los trabajadores, dada la considerable altura a la que se realizarían los trabajos. Para ello, se seleccionó a un grupo de profesionales encargados de la tarea acostumbrados a trabajos en altura. En cuanto al producto, se escogió el mortero de reparación estructural Geolite 40, de Kerakoll, reconocido por sus buenas propiedades para la reparación y el refuerzo estructural, y por lo tanto totalmente adecuado para este tipo de intervenciones.
La elección de Geolite 40
El mortero de reparación estructural Geolite 40 es un mortero tixotrópico certificado como clase R4 para el uso en estructuras de hormigón. Este producto ofrece dos características que marcan la diferencia y que, en esta situación, facilitaban la labor a los profesionales. En primer lugar, se trata de un mortero de grano fino que proporciona una trabajabilidad excepcional, una característica esencial para trabajos realizados a gran altura donde la precisión y la facilidad de aplicación son vitales. En segundo lugar, el mortero ofrece un tiempo de trabajabilidad confiable sin fisuraciones inesperadas. Con un periodo de trabajabilidad de 40 minutos, el producto permanece manejable y no endurece prematuramente, lo que permite al equipo de trabajo realizar las acciones necesarias con calma y seguridad, sin perder la facilidad de aplicación.
Además de estas características, Geolite 40 presenta otras ventajas importantes, como la ausencia de fisuración del mortero. Al tratarse de un producto con varios certificados según la norma UNE – EN 1504, que regula los productos y sistemas para la protección y reparación de estructuras de hormigón, no era necesario utilizar un mortero pasivante o un mortero cosmético posterior. Esto simplificó significativamente el proceso de reparación y redujo el tiempo y los costos asociados.
El resultado
El resultado de esta intervención fue todo un éxito. La Torre de Telefónica de Oviedo ha recuperado su estética original y sigue siendo un símbolo de modernidad y prosperidad para la región. Este notable hito arquitectónico nos recuerda que, aunque el tiempo no se detiene, con un equipo de profesionales competente y el uso de productos de alta calidad, es posible preservar y realzar nuestras estructuras más emblemáticas. Gracias a esta exitosa reparación, los carbayones pueden estar seguros de que su icónica torre seguirá dominando el horizonte de Oviedo por muchos años más.