El plazo para el cambio de contadores llega a su recta final
En agosto de 2025, todos los contadores de agua fría y caliente con más de 12 años de antigüedad deberán estar sustituidos en España, según la Orden Ministerial ICT/155/2020. Aprobada en 2020, esta norma establece un periodo de cinco años para cumplir con la medida, que afecta a unos dos millones de dispositivos aún en uso en el país.
Ahorro y control del consumo
Además de cumplir con la legislación, la sustitución de estos equipos puede generar un ahorro significativo en los hogares. Según Eduardo Echarren, director comercial de Ista, empresa especializada en eficiencia energética: “Una familia que gasta 250 euros anuales en agua puede ahorrar hasta un 15%, lo que equivale a unos 37,50 euros al año”.
Los contadores inteligentes también permiten un mejor control del consumo, ayudando a detectar posibles problemas y promoviendo un uso más responsable del recurso. Esta tecnología, ya utilizada en otros países europeos como Alemania, ofrece soluciones avanzadas de medición y monitorización.
Sanciones y facilidad en la instalación
El incumplimiento de esta normativa puede resultar costoso: las multas pueden llegar hasta los 5.000 euros por vivienda o local, tal como establece la Ley de Metrología (Ley 32/2014).
Sin embargo, desde Ista aclaran que el proceso de reemplazo no es complicado: “El cambio no exige obras ni reformas en las zonas comunes de los edificios. Nuestros equipos se conectan fácilmente y cualquier profesional autorizado puede realizar la instalación”, afirma Echarren.
Gestión del consumo en tiempo real
Los contadores inteligentes de Ista permiten a los usuarios consultar sus lecturas diarias a través de la plataforma digital Calista, accesible las 24 horas del día y los 365 días del año. “Esto garantiza que el consumo individual coincida exactamente con las fechas de facturación de la compañía suministradora”, destaca Echarren.
Ventajas para el mercado de alquiler
En el caso de alquileres, los dispositivos de Ista ofrecen un beneficio adicional: “Permiten registrar el consumo real el día del cambio de inquilino, eliminando estimaciones o retrasos en las liquidaciones”, añade Echarren. Esto facilita acuerdos más claros y precisos tanto para arrendadores como para arrendatarios.