¿Qué es la adherencia y cómo se mide?
La adherencia se define como la capacidad de transferir fuerza desde el adherente a través de una unión adhesiva, manteniendo la cohesión estructural. Para su cuantificación se utilizan diversos métodos, entre los que destacan:
- Cizallamiento, que mide la fuerza paralela al plano de la unión.
- Tracción, que evalúa la fuerza perpendicular al plano de la unión.
Factores de la adherencia mecánica
La adherencia mecánica está directamente relacionada con las propiedades físicas y estructurales tanto del adhesivo como del adherente. Entre los factores determinantes se encuentran:
- Textura y microrrugosidad de la superficie del adherente, que mejora el anclaje del adhesivo.
- Porosidad y capilaridad, que facilitan la penetración del adhesivo en el material adherente.
- Capacidad humectante del adhesivo, clave para asegurar un contacto óptimo.
El proceso mecánico incluye la hidratación del mortero y la formación de silicato cálcico hidratado, lo que proporciona las características finales de la unión tras el proceso de maduración.
Adherencia química: Resinas poliméricas en acción
En el caso de la adherencia química, esta se basa en la interacción de resinas poliméricas con morteros. Sus propiedades en estado fresco son cruciales para garantizar la calidad de la unión:
- Retención de agua para adherencias delgadas, asegurando el rendimiento en condiciones variables.
- Mejora de la trabajabilidad y mojabilidad, lo que facilita la aplicación del adhesivo.
- Tixotropía, que aporta fluidez al adhesivo bajo esfuerzo y alta viscosidad en reposo, permitiendo un control preciso de los tiempos de aplicación y maduración.
Una vez finalizado el proceso, las características de la adherencia química proporcionan ventajas significativas:
- Menor contracción y mayor impermeabilidad.
- Mejor anclaje en superficies lisas, algo esencial en aplicaciones con materiales poco rugosos.
- Mayor resistencia a tracción, flexión e impactos.
- Estabilidad térmica hasta temperaturas de 150-170 °C.
El proceso de maduración del mortero polimérico
El mortero polimérico pasa por tres fases principales durante su maduración:
- Primera fase:
- La resina se dispersa en el cemento, iniciándose la hidratación y la reacción entre sílice y calcio.
- Segunda fase:
- Se produce la floculación de la resina, que rodea el silicato cálcico hidratado.
- Se generan enlaces químicos entre la resina, el calcio (Ca2+) y los silicatos.
- Tercera fase:
- Se forma una estructura monolítica cuando el polímero endurece, recubriendo cemento y áridos, garantizando la estabilidad de la unión.