En los últimos años, diversos países europeos se han visto afectados por fenómenos meteorológicos extremos como lluvias torrenciales e inundaciones de gran magnitud. Aunque Europa no figura entre las regiones más vulnerables del planeta, los episodios recientes reflejan una creciente exposición al riesgo climático. La DANA que impactó la Comunidad Valenciana a finales de 2024 es solo un ejemplo, al que se suman las inundaciones sufridas por Alemania, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo en 2021, o las fuertes borrascas que afectaron a Grecia, Turquía y Bulgaria en 2023.
El cambio climático es el principal factor detrás de esta mayor frecuencia e intensidad de eventos extremos. El aumento global de las temperaturas, derivado de la quema de combustibles fósiles, la deforestación y la emisión de gases de efecto invernadero, tiene consecuencias directas sobre el régimen de precipitaciones, el nivel del mar, la intensidad de los incendios forestales y la alteración de los ciclos naturales.
Ante este escenario, surgen propuestas urbanísticas orientadas a mitigar los efectos del cambio climático. Una de ellas es el modelo de Ciudad Esponja, desarrollado por el arquitecto paisajista Kongjian Yu a principios de los años 2000. Esta estrategia propone un diseño urbano capaz de absorber, retener y gestionar el agua de lluvia de forma eficiente, integrando soluciones basadas en la naturaleza y sistemas de drenaje sostenible.
La ciudad esponja como alternativa resiliente
El modelo se basa en la implementación de Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible, Suds, diseñados para reproducir el comportamiento natural del agua en entornos urbanos. Estos sistemas permiten captar, filtrar, almacenar y reutilizar el agua pluvial, contribuyendo a reducir la escorrentía superficial y mejorar la calidad del agua vertida al medio natural.
Más allá de su aplicación en contextos de inundaciones urbanas, las ciudades esponja también ofrecen ventajas en situaciones de sequía o efecto isla de calor, al favorecer la presencia de vegetación y superficies permeables que regulan térmicamente el entorno urbano.
Entre las soluciones técnicas que permiten implementar este modelo se encuentran los pavimentos permeables, los jardines de lluvia, los depósitos de infiltración y los sistemas de biofiltración. Estas infraestructuras verdes no solo gestionan el agua de manera eficiente, sino que contribuyen a mejorar la habitabilidad del espacio urbano.
Aplicación del modelo Suds: el caso de ACO
ACO, especializada en soluciones para el ciclo del agua, ha desarrollado una gama de productos basada en la filosofía de los SUDS, con el objetivo de:
- Aumentar la permeabilidad urbana, mediante zonas verdes y sistemas de captación y tratamiento de agua.
- Captar y filtrar el agua de lluvia, utilizando capas granulares, geotextiles y celdas drenantes.
- Reducir la escorrentía pluvial, acumulando el agua en depósitos para su posterior reutilización o infiltración en el terreno.
- Mejorar la calidad del agua recogida, mediante sistemas de filtrado que eliminan contaminantes generados por la actividad urbana.
- Fomentar la economía circular en el ciclo del agua, promoviendo su reutilización en usos como riego, limpieza urbana o recarga del freático.
Estos sistemas permiten gestionar de forma integral las distintas fases del WaterCycle urbano: captación, tratamiento, almacenamiento, infiltración y evacuación controlada. Además, integran tecnologías de biofiltración y separación de contaminantes, adaptadas a las necesidades actuales de planificación hídrica en entornos urbanos.