El sector del hormigón preparado cerró el ejercicio 2024 con un volumen de 27 millones de metros cúbicos, lo que representa un crecimiento del 2,8% respecto al año anterior y el mejor registro desde 2011. Esta evolución positiva consolida la recuperación del sector tras el impacto de la pandemia y la crisis energética de 2022, y mejora las previsiones iniciales gracias a un cuarto trimestre sólido, con un incremento interanual del 5,2%.
Pese a este avance, el entorno macroeconómico introduce incertidumbres para 2025. “Los resultados son positivos, pero los nuevos aranceles internacionales podrían repercutir en el consumo, la inversión pública y el turismo, pilares clave para la actividad del sector”, advierte Carlos Peraita, director general de Anefhop.
Producción regional: avances notables, aunque desiguales
La evolución territorial ha sido positiva en términos generales, especialmente en el último trimestre, aunque con diferencias marcadas entre regiones. Comunidades como Extremadura, +18,1%, y Castilla y León, +14,1%, lideraron el crecimiento, seguidas por Galicia, +8,8%; La Rioja, +8,2%, y Cantabria, +6%.
En cambio, los principales polos de consumo, Cataluña, Andalucía, Comunidad Valenciana y Madrid, que concentran el 51% de la producción, registraron en conjunto un crecimiento por debajo de la media, +0,9%. Este comportamiento desigual responde a factores como la dinámica de la licitación pública, las condiciones climáticas, como la Dana en la Comunidad Valenciana, la actividad promotora y la capacidad operativa del tejido productivo local.
Licitación pública: incremento notable, pero ejecución limitada
En 2024, la licitación pública alcanzó los 29.480 millones de euros, un 10,6% más que en 2023, impulsada principalmente por las entidades locales y los fondos europeos. Sin embargo, desde Anefhop advierten que “la licitación no garantiza producción, especialmente si persisten los cuellos de botella en la ejecución y los proyectos no se materializan con la celeridad necesaria”.
Cemento al alza en el inicio de 2025, pero con incertidumbres
Los primeros meses de 2025 apuntan a un arranque positivo: el consumo de cemento creció un 9,42% en enero y febrero, anticipando una posible prolongación de la tendencia favorable en el primer trimestre. No obstante, el alto nivel de precipitaciones en marzo podría ralentizar temporalmente la producción.
A ello se suma un entorno internacional más incierto. La imposición de nuevos aranceles por parte de Estados Unidos, aunque sin impacto directo sobre las materias primas del hormigón, podría afectar al conjunto de la economía, condicionando la inversión pública, el consumo y la actividad turística.
Obstáculos estructurales pendientes
El sector sigue enfrentando dificultades estructurales que limitan su capacidad de respuesta: lentitud en la ejecución de obras, ausencia de mecanismos de revisión flexible de precios en contratos públicos y escasez de mano de obra cualificada. “En este contexto, ni siquiera contar con obra garantiza producción. Necesitamos mayor agilidad, seguridad jurídica y estabilidad en las políticas públicas”, concluye Peraita.
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