El Rilsán, empleado por Ocáriz en sus acabados, es una poliamida, única en su género. Antimicrobiano, no tóxico, inodoro, buen aislante térmico, resistente a la corrosión (ningún punto de corrosión después de 2.000 horas de exposición en cámara de niebla salina), al calor, a los productos químicos (aceites, disolventes, etc.), a la abrasión, al desgaste y a los golpes. Cualquier objeto recubierto con él garantiza al 99,99% la protección ante la mayoría de microbios y bacterias no permitiendo su adherencia ni propagación