Cada día es más común la exigencia de técnicos que participan en el estudio de las estructuras de los edificios que, en los últimos años, han mostrado a menudo los cambios significativos y preocupantes en el estado de agrietamiento. Las causas de estos fenómenos se deben, en la mayoría de los casos, al desarrollo de los asentamientos diferenciales generados por cambios en el cuerpo del edificio, o por cambios en las propiedades geotécnicas de los suelos de cimentación, ocasionados por ejemplo, por una disminución o aumento del nivel freático, tuberías rotas, excavaciones próximas, vibraciones, etc.
Sea cual sea la causa del asentamiento, las mejoras necesarias para que el sistema estructura-terreno se adapte a la nueva situación pasan por una consolidación estructural de los cimientos y/o una consolidación del terreno con la consiguiente mejora de sus propiedades físicas y mecánicas de funcionamiento y la interpretación teórica.
Un aumento significativo en las propiedades mecánicas del suelo a menudo puede ser producido con una tecnología de consolidación del suelo mediante la inyección de resinas expansivas de alta presión de expansión.
Las intervenciones son relativamente simples y no requieren excavación ni sistemas invasivos para la solución del problema.