Una piscina natural o biopiscina es una construcción que recrea a pequeña escala las condiciones naturales de depuración de los lagos. A diferencia de las piscinas tradicionales, en las que se utiliza cloro y otros elementos químicos para mantener el agua limpia, en las piscinas naturales se usan métodos biológicos y naturales, que filtran el agua, la oxigenan y la mantienen en condiciones saludables para el baño. La instalación de una depuradora biológica y la creación de una zona de la piscina (aproximadamente un 20% del espacio de baño) dedicada a un filtro verde a base de áridos y plantas, evitan la proliferación de algas y mantienen el agua cristalina.
Una de las mayores ventajas de las piscinas naturales es que buscan alcanzar la mayor eficiencia energética posible, evitando al máximo cualquier tipo de derroche de agua ni de energía. Así, no requiere el cambio de aguas ni el uso de compuestos químicos, sino que es suficiente un mantenimiento mínimo, como por ejemplo retirar las hojas que puedan caer al agua, y tiene unos costos mínimos de electricidad para la bomba. Además, su apariencia natural y en perfecta armonía con el entorno, emula los espacios de agua que podemos encontrar en la propia naturaleza y le da al jardín un efecto especial.
La construcción de una piscina natural puede empezarse de cero o bien reconvertir una piscina estándar en esta modalidad ecológica.