La mejora de su aspecto es ostensible, a pesar que, en algunos casos, en función de la degradación de la pintura y el mantenimiento preventivo realizado sea imposible recuperar el color y brillo original. El producto ha sido testado en diversos proyectos de arquitectura obteniendo unos resultados muy satisfactorios en la gran mayoría de las ocasiones, evidenciando un mayor impacto en aquellos colores más oscuros.
Durante las pruebas se ha podido constatar la transcendental importancia que juega la limpieza y mantenimiento de las superficies en su contribución a la durabilidad del recubrimiento. La ausencia periódica de operaciones de limpieza contribuye notablemente a incrementar el riesgo de corrosión, pérdida de brillo y cambio de color. Su aplicación es muy sencilla, una vez retirada la suciedad de la perfilería, basta con aplicar el producto de forma suave y uniforme sobre la superficie con una esponja o paño no abrasivo.
Sin frotar y siempre en la misma dirección. Es recomendable enjuagar la superficie con abundante agua desmineralizada después de cada una de las operaciones de limpieza para evitar las marcas de agua, especialmente en áreas geográficas con aguas duras.