Muy frecuente en las cubiertas de las viviendas de Estados Unidos empieza a utilizarse en España ya que permite infinitas combinaciones, según las preferencias del consumidor.
Históricamente, las cubiertas de las edificaciones se han planteado como una solución uniforme y monocolor. Los tonos rojizos han sido por excelencia los más comunes, sin embargo, esta preferencia se ha ido rompiendo poco a poco con la introducción de colores como el marrón, grafito o peach.
El monocromatismo ha dado paso a la mezcla de colores. En muchas ocasiones el objetivo es conseguir un color personalizado que le confiere a la cubierta un carácter único y difícilmente irrepetible.
El resultado es una solución de cubierta rompedora donde cualquier combinación está permitida, bien en tonos oscuros, claros o incluso rompiendo el monocolor insertando un color minoritario para romper la uniformidad de una cubierta realizada en un color dominante.