Durante el trabajo de acondicionamiento de un terreno, los propietarios del mismo se encontraron con una desagradable sorpresa en forma de roca suelta en un lugar en el que no debía de estar.
“Este regalo inesperado e indeseado puede ser un auténtico problema si no se conoce la técnica de demolición mediante la utilización del cemento demoledor no explosivo Cras, el producto que realiza la rotura de las rocas de manera rápida y eficaz”, explican desde la empresa.
Ya pasadas unas horas, de las fases iniciales de perforación, preparación del mortero y carga del mismo, el cemento demoledor inicia ya la rotura de la roca en mil pedazos, de manera silenciosa, sin ruidos, explosiones ni vibraciones, convirtiendo un problema monolítico en cientos de pequeñas soluciones, fragmentos fáciles de mover y de desescombrar.
El proceso total de rotura mediante cemento demoledor no suele llegar a las treinta horas. “Estos plazos son habituales a la hora de llevar adelante demoliciones con Cras, un proceso que no suele superar las cuarenta y ocho horas.
“Esta circunstancia ha llevado a los usuarios más avezados del Cras a jugar con los tiempos, de manera que realizan la carga del cemento expansivo a final de semana, el viernes por la tarde, para que, al regresar al trabajo el lunes por la mañana, el producto haya tenido tiempo para realizar su labor destructiva y pueda llevarse a cabo la retirada de escombros”, señalan.
Es una forma de gestionar el tiempo que permite integrar el ciclo de rotura del Cras en la planificación minimizando su ya de por sí reducido impacto temporal.