Las placas trabajan con temperaturas radiantes medias de cierta consideración, pudiendo utilizar temperaturas del aire relativamente bajas con la economía que esto supone, especialmente el reponer las pérdidas por renovación o infiltración del aire.
¿Qué es exactamente la temperatura radiante?
Podemos definirlo como el traslado de energía que se realiza cuando una superficie caliente radia su calor hacia una superficie más fría, por lo que ambas superficies intentarán igualar su temperatura. Generalmente, los paneles operan por debajo de 66 ºC, y el suelo radiante a temperaturas menores de 29 ºC.
Es considerada radiante una pared, techo o suelo, sólo si el 50% o más del traslado de calor se realiza por energía radiante.
Al ser instaladas con un termostato de última generación por estancia, permite tener el control del sistema de calefacción en un móvil, sin necesitar la instalación de un sistema domótico.
De este modo, se controla la temperatura por habitación y su uso horario, pudiendo optimizar el funcionamiento del sistema y reducir el consumo, "con unos costes de instalación mucho más bajos que cualquier otro sistema de calefacción", aseguran desde la empresa.