“España cuenta con un parque de viviendas envejecido, evidenciándose importantes carencias que impiden alcanzar una sociedad más igualitaria y justa en cuanto a la vivienda se refiere” señala la vicepresidenta ejecutiva de la Fundación Mutua de Propietarios, Laura López Demarbre, quien apunta a la necesidad de “fomentar políticas que promuevan la accesibilidad mediante ayudas públicas o privadas destinadas a las personas con movilidad reducida que necesiten adaptar su vivienda”.
De acuerdo con el estudio, un 31% de las personas con movilidad reducida encuentra dificultad para desenvolverse con normalidad en el interior de su vivienda, y un 28% ha realizado obras de adaptación en su interior. El principal elemento reformado son los aseos (69%), seguidos de dormitorios (25%), zonas exteriores (22%), puerta de acceso (15%), y salón/comedor (15%).
El informe “Accesibilidad, elemento clave de la vivienda” también destaca que un 12% de quienes no han realizado reformas esgrimen falta de recursos económicos para poder llevarlas a cabo.
El acceso a la vivienda
Sin embargo, el primer paso para que una vivienda pueda ser universalmente accesible se encuentra en el tramo de acceso al inmueble. En España, donde existen 9,8 millones de edificios destinados a viviendas1, un 63% no son accesibles de la calle al portal debido a la presencia de escaleras en este punto, solo el 28% tienen rampa y un 22% carece de ascensor,
Junto a estos elementos, se encuentran otros de igual importancia que contribuyen a que un edificio no sea accesible. En concreto, el 25% de los españoles encuentra dificultades al abrir el portal de acceso al edificio debido a su peso y un 39% señala que la puerta no se sujeta sola o se cierra demasiado rápido. Además, el 14% de los edificios no posee portero automático y, de los que sí lo tienen, el 68% no es accesible para una persona en silla de ruedas.