En la planificación inicial, aspectos como estética, iluminación y funcionalidad tomaron el centro del escenario, dejando de lado la acústica. Sin embargo, el día a día expuso la realidad en un sitio ruidoso y molesto debido a la reverberación.
“Este tipo de materiales absorbentes se utilizan en recintos donde no se puede realizar ninguna intervención arquitectónica y se necesita disminuir el tiempo de reverberación para acondicionar acústicamente el recinto y dotarlo en su mayor medida de confort acústico en su interior. Se permite el paso del aire por donde viaja el sonido para que el material pueda disipar o absorber las ondas sonoras en sus choques contra las paredes de las cavidades”, ha señalado Jesús López, Arquitecto Técnico y Técnico Zona Sur de BMI.
Tras la instalación de los paneles absorbentes, todo cambió “porque la reverberación se redujo significativamente, como demostraron los resultados obtenidos de los ensayos acústicos realizados”, explican.
Y el material seleccionado, Chovacustic Deco Solid, “demostró ser la elección acertada”. No solo ha reducido este fenómeno acústico molesto, sino que también ha creado un entorno cómodo y versátil para diversas actividades. Este material absorbente, diseñado específicamente para controlar el eco y la reverberación, ha marcado la diferencia en la experiencia sonora de este espacio polifuncional.
“Se trata de un panel absorbente acústico de geometría plana con un espesor de 4 cm y de una densidad de 25 Kg/m3, fabricado en espuma de poliuretano y con una reacción al fuego autoextinguible; además tiene un coeficiente de absorción de 0,68 y ha sido diseñado para el control del eco y la reverberación en todo tipo de recintos”, ha añadido López.
Este proyecto no solo responde a las necesidades de eventos deportivos, sino que también establece las condiciones óptimas para actividades culturales, cenas, representaciones teatrales y conciertos. La Malahá, con su pabellón ahora acondicionado acústicamente, demuestra su compromiso con el confort sonoro y la versatilidad de su espacio polivalente.
“De esta forma, la localidad de La Malahá, donde viven unas 1.800 personas, ha logrado convertir un desafío acústico en un triunfo estético y funcional gracias a la intervención acertada con Chovacustic Deco Solid. Un hito que refleja el compromiso por la calidad de vida y la sostenibilidad en el corazón de la comunidad”, concluyen.