ACO Remosa recuerda que en Cataluña, se calcula que un hogar medio formado por cuatro personas produce al día unos 200 litros de las llamadas “aguas grises”, aquellas que se generan en duchas, bañeras y lavamanos, y que acaban siendo desechadas por el desagüe.
A diferencia de las aguas residuales domésticas, las grises presentan una baja contaminación orgánica, lo que hace que estas puedan ser reutilizadas para rellenar cisternas de WC o para regar zonas verdes, tareas cotidianas que no necesitan el uso de agua potable.
Debido a la sequía que padece Cataluña, un centenar de ayuntamientos, entre los que destaca el de Sant Cugat del Vallés, obligan desde hace años a que las obras de nueva construcción cuenten con sistemas de reciclaje de aguas grises. Con la instalación de estos equipos se puede llegar a ahorrar entre un 30% y un 35% el agua potable que consumen sus habitantes.
Sistemas de reciclaje de aguas grises
La fase Reuse del ACO WaterCycle incluye sistemas que permiten bombear, conducir y reutilizar el agua en las mejores condiciones. Entre estas soluciones, se encuentran las estaciones de reciclaje GREM de ACO Remosa, un conjunto de sistemas capaces de obtener agua de una calidad suficiente como para ser reutilizada.
Grem es un equipo compacto que alberga en su interior todas las fases del proceso de reciclaje. En una primera fase de desbaste, se retiran los sólidos gruesos que pueda arrastrar consigo el agua, así como cabellos que puedan dañar las membranas de su interior. A continuación, la oxidación biológica descompone la materia orgánica gracias a la aportación de aire y a la generación de microorganismos aerobios. En la siguiente etapa, se produce la separación sólido-líquido para que los cuerpos restantes, bacterias y virus queden retenidos en el reactor mediante una tecnología de membranas que ejerce una presión de vacío creando un flujo fuera-dentro.
A continuación, unos difusores crean un flujo de aire ascendente que limpia la superficie de la pared exterior de las membranas y asegura las condiciones aerobias necesarias para la degradación de la materia orgánica. Finalmente, el agua tratada es clorada para conservar las propiedades sanitarias que permitan su acumulación y su posterior reutilización.
Recuperación de aguas pluviales
El agua de la lluvia, si es correctamente recogida, filtrada y almacenada, puede convertirse en una alternativa adecuada para llevar a cabo acciones diarias que no requieran de agua potable, llegando a reducir hasta un 50% su consumo. Para ello, se recomienda la instalación de depósitos de recogida de aguas pluviales, como los DRP de ACO Remosa, que se instalan en áreas no transitables.
El funcionamiento de los depósitos DRP se inicia con la recogida y captación del agua de la lluvia que, a continuación, es transportada para ser almacenada. Para garantizar su calidad, y dependiendo siempre del uso previsto, al agua recogida se le pueden realizar ciertos tratamientos mediante filtros. Por otra parte, hay que tener en cuenta que el volumen de agua de la lluvia que se almacena en su interior es el adecuado, evitando de esta forma su deterioro. Finalmente, el agua es suministrada mediante una serie de accesorios para aquellos usos secundarios tanto en el interior como en el exterior de los edificios.