A estos datos se les suma también el aumento de las intervenciones para mitigar el cancerígeno gas radón, que se ha triplicado, así como las operaciones preventivas en nuevas construcciones, que se incrementaron en un 60%. La lectura es muy positiva ya que la salubridad en interiores se ha vuelto indispensable para los españoles, más allá de padecer patologías más visibles como las humedades estructurales.
"No obstante, las intervenciones para paliar las consecuencias de las humedades estructurales también aumentaron más de un 6% desde 2020 y el doble si nos remontamos al inicio de la pandemia en el año 2019". Por tipología de humedad estructural, los problemas por capilaridad concentran casi la mitad de las intervenciones por humedad en 2021, habiéndose incrementado un 4% desde el año 2020; le siguen los problemas por condensación que representan 4 de cada 10 de las intervenciones realizadas en el último año y reflejando un aumento del 9% respecto a 2020. Si bien los problemas por filtración lateral en plantas soterradas representan un 15% del total de intervenciones realizadas en los hogares, su aumento respecto a años previos ha sido igualmente relevante con cifras del 5% respecto a 2020 y del 8% respecto al inicio de la pandemia.
"Con estos datos se observa que el estado de la vivienda en general preocupa sobremanera a la sociedad española", dicen.