La certificación ambiental asegura que el edificio incorpora características de mejora ambiental, tal y como explica Anfapa, Asociación de Fabricantes de Mortero y Sate. Efectuada por un profesional independiente acreditado por la organización que emite el sello, la certificación otorga una valoración en función de la reducción de los impactos medioambientales que suponen las medidas incorporadas.
Estos impactos se miden cuantificando el uso de energía, el consumo de agua y recursos naturales, el uso de los materiales y la emisión de residuos al entorno. Una vez realizada esta fase pre via, el edificio analizado obtiene un sello que tiene una categoría diferente en función del grado de eficacia alcanzado en la reducción de impactos. Los sellos con mayor nivel de implantación en Europa son Verde, Breeam y Leed. Cada uno de ellos sigue una metodología propia, evaluando de diferente modo las características del edificio, pero todos ellos persiguen un reconocimiento público del esfuerzo realizado para reducir el impacto medioambiental del edificio.
El valor de una certificación
Los sellos de certificación ambiental pueden aplicarse a edificios existentes, locales comerciales, sedes corporativas, oficinas, viviendas, colegios, hoteles, proyectos de nueva construcción, etc. Un edificio que ha superado el proceso de certificación consigue:
- Aumentar el valor de mercado del edificio: se estima que la obtención de un sello medioambiental aumenta el precio del alquiler en un 3% y el de venta en un 13%
- Reducir los gastos de uso: el coste energético de funcionamiento de un edificio puede reducirse más de un 50% en función de su tipología y uso.
- Mejorar la imagen: un edificio con sello medioambiental muestra el interés de sus propietarios por contribuir a la reducción de los impactos de su actividad sobre el medio ambiente.
- Mayor nivel de confort de los usuarios: criterios como la iluminación y ventilación natural, el control de la temperatura de confort y los niveles de dióxido de carbono interior.